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Averías: cómo evitarlas y cuidar mejor de mi vehículo

Algunas complicaciones de nuestro vehículo surgen por el propio desgaste de sus piezas o por el desajuste de sus componentes con el paso del tiempo. Sin embargo, hay una gran cantidad de averías derivadas de un mal uso y hábitos perjudiciales que realizamos los conductores y que se podrían evitar de manera fácil si se siguen algunos consejos.

Aunque suene obvio, es muy importante no descuidar el mantenimiento del coche y hacer caso a las recomendaciones de la marca realizando las revisiones en el periodo indicado. Debemos tener en cuenta que llevar a cabo un mantenimiento correcto es el único modo de que nuestro coche se encuentre en las condiciones óptimas para circular y tenga la máxima fiabilidad. Por otra parte, además de realizar las revisiones periódicas, nunca deben ignorarse los avisos del propio vehículo. Recordemos que los pilotos amarillos o naranjas son advertencias de irregularidades y que los rojos detectan un fallo grave por lo que el automóvil debe ser llevado inmediatamente al taller para no poner en peligro la seguridad de sus ocupantes.

No obstante, por muchas revisiones que le hagamos al coche, jamás podremos evitar que sufra averías frecuentes si nuestra conducción es inadecuada. Los acelerones innecesarios, abusar del embrague, maltratar lo amortiguadores o no cambiar de marchas a las revoluciones indicadas son algunos factores que pueden acabar pasando factura al funcionamiento del vehículo.

No importa si llevas más de 20 años conduciendo o si acabas de obtener tu carnet de conducir, siempre es bueno que tengamos en cuenta los siguientes consejos que nos ayudarán a conducir de manera más adecuada para prevenir las averías de nuestro coche.

- Para proteger el turbo del motor lo aconsejable es dejarlo a ralentí un par de minutos al arrancar para que se lubrique y después no subirlo mucho de revoluciones hasta que el motor se caliente.

- Para cuidar la caja de cambios debemos cambiar de marcha con suavidad y no dejar la mano apoyada sobre ella, pues ese peso puede generar un rozamiento indebido entre los elementos mecánicos.

- Una correa de distribución rota es una de las averías más caras ya que al saltar puede romper otras piezas. Por ello, lo recomendable es cambiarla cuando indica el fabricante, normalmente cada 80.000 y 120.000 kilómetros, o cada 5 años para evitar que se rompa debido a la descomposición.

- Para evitar que se estropee el embrague debemos pisar suave y el pedal siempre hasta el fondo para que las marchas engranen bien, y nunca dejarlo pisado en los semáforos para no quemarlo.

- La junta de la culata es una pieza bastante cara, si no queremos que se rompa hay que prevenir los excesos de temperatura y para ello debemos revisar periódicamente el refrigerante.