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Cómo dormir bien en las calurosas noches de verano

El sofocante calor nos impide muchas noches de verano conciliar bien el sueño, haciendo que nos levantemos por las mañanas más cansados que cuando nos acostamos. Si a esto además le sumamos los días de vacaciones con sus consecuentes cambios de horario, acabamos por no dormir nada durante el mes de agosto. No obstante, podemos intentar seguir algunos consejos para asegurarnos unas cuantas horas de sueño reparadoras.

En primer lugar, y como es obvio, debemos mantener la casa lo más fresca posible durante las horas de sol, por ejemplo, bajar las persianas y los toldos para evitar que el cristal de las ventanas de los dormitorios desprendan mucho calor. Asimismo, cuando entra la noche debemos abrirlas para refrescar bien la estancia y preparar la habitación para dormir. Si queremos usar aire acondicionado, no es recomendable ponerlo mientras dormimos. Lo ideal es tenerlo encendido antes de ir a la cama para que baje la temperatura de la habitación y apagarlo justo antes de acostarnos.

Además de enfriar la habitación también es aconsejable bajar nuestra temperatura corporal, para ello lo mejor es una buena ducha tibia. Aunque una ducha con agua fría de entrada nos apetezca más, tan solo produce una sensación refrescante de manera momentánea. Sin embargo, si nos duchamos con el agua templada, al poco tiempo una vez fuera de la ducha, tendremos una sensación de frescor y bienestar más duradera y que nos ayudará a dormir mejor. 

Por otro lado, recuerda cuidar tus rutinas en la medida de lo posible. El exceso de luz y los días más largos en verano hace que nos acostemos más tarde y, por tanto, acabamos acumulando déficit de sueño. No olvides tampoco que es recomendable cenar dos horas antes de dormir, así como evitar las comidas copiosas y las bebidas estimulantes, pues nos impedirán conciliar bien el sueño. 

Finalmente, ya sabemos que en las vacaciones de verano apetece echar por fin esa tan deseada siesta después del almuerzo, pero ésta no debe superar los 20 minutos de descanso, pues de lo contrario nos acabará rompiendo el ciclo del sueño por las noches.