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El sistema de frenada automática será obligatorio a partir del 2020

Desde hace más de cinco años el sistema de frenada automática de emergencia está disponible como equipamiento de serie u opcional. En 2014 ya se calculaba que uno de cada tres vehículos matriculados en España disponían de esta nueva tecnología. Este sistema predictivo de frenada de emergencia permite al vehículo detectar las situaciones de peligro que requieren una frenada urgente para evitar una colisión por alcance, por lo tanto, el automóvil se detiene de manera inmediata aun cuando al conductor no le haya dado tiempo de reaccionar.

Los Planes PIVE y PIMA Aire han tenido un papel importante a la hora de implantar este sistema de frenada automática en el parque automovilístico de nuestro país, ya que su principal objetivo ha sido poner a disposición de los conductores los sistemas más eficaces y tecnológicamente avanzados para poder disminuir el número de accidentes en las carreteras españolas.

La Unión Europea y otros veinte países, como Japón, han firmado recientemente un preacuerdo que obligue a todos los fabricantes de automóviles a introducir estos sistemas de prevención a partir del año 2020. Se estima que en el próximo año más de 20 millones de coches incluyan esta nueva medida y que con ello se consigan evitar más de 120.000 accidentes y más de 1.000 fallecidos cada año en Europa. Otros países, como Estados Unidos o China, se han quedado al margen de este preacuerdo, de cara a evolucionar de manera interna su política con este tema.

El sistema obligatorio en Europa para el próximo año será aquel que funcione a bajas velocidades, es decir, a 60 km/h o menos, aunque algunas marcas incorporarán los suyos propios que también funcionen con velocidades superiores. Con ello se pretende disminuir el número de accidentes y la detección de peatones en ciudades, así como reducir el número de colisiones con otros automóviles u otros vehículos que no van a motor como, por ejemplo, las bicicletas.

¿Sabes cómo funcionan estos sistemas? Esta tecnología está basada en diferentes tipos de sensores, cámaras y láseres, gracias a los cuales el vehículo puede avisar al conductor si detecta que se puede producir un atropello o un accidente por alcance. En el caso de que el conductor no reaccione a tiempo, el sistema activa automáticamente los frenos para intentar evitar el golpe.