Blog

Medicamentos y conducción: los 6 fármacos que producen más efectos secundarios

Según el último informe elaborado por el Sistema Nacional de Salud, seis de los quince medicamentos más vendidos en España alteran de forma directa la capacidad del conductor para manejar vehículos o maquinarias. Estos fármacos son capaces de provocar graves efectos secundarios que podrían comprometer la seguridad de la persona que se pone al volante, así como la de los pasajeros y otros conductores que circulen en la misma vía. 

Sin embargo, la gran mayoría de los pacientes que consumen estos medicamentos desconocen en qué medida pueden éstos llegar a producir efectos secundarios en su organismo que dificulten la conducción. El vocal de titulares de oficinas de farmacia de la Junta del Gobierno del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid, Óscar López, explica la necesidad de un etiquetado especial para estos fármacos: “Sin duda que se trata de una cuestión de enorme importancia para la seguridad vial. Tanto, que las autoridades sanitarias de la Unión Europea, y por tanto de España, exigen desde hace un par de años la incorporación de un logotipo específico en aquellos medicamentos que puedan afectar a la conducción. La Agencia Española del Medicamento cataloga en sus fichas técnicas qué productos presentan tales efectos secundarios y los fabricantes están obligados a recogerlo en los envases”.

Asimismo, el vocal aclara que los medicamentos más problemáticos son los llamados psicotrópicos, pues afectan al sistema nervioso central. Estos fármacos suelen ser recetados para el tratamiento de insomnio, ansiedad, depresión, etc; y tienen como principal efecto secundario la pérdida de reflejos o de concentración, que influye lógicamente en la conducción.

Los seis medicamentos más peligrosos a la hora de ponernos al volante, son:

Metamizol sódico: es un analgésico y antipirético para el tratamiento del dolor y la fiebre. En dosis más altas de lo normal producen efectos adversos sobre la capacidad de concentración y de reacción.

Lorazepam: es un ansiolítico para tratar la ansiedad, trastornos del sueño, insomnio, neurosis o hiperemotividad. Tiene una gran cantidad de efectos secundarios sobre el paciente, como por ejemplo, somnolencia, cansancio, mareos, visión borrosa, excitación y lentitud de reacciones.

Metformina: se receta para controlar la diabetes tipo 2. Por sí mismo no produce hipoglucemia, pero sí puede aparecer en combinación con otros fármacos, por lo que es fundamental que el paciente esté bien informado al respecto.

Tramadol: es un analgésico potente de acción central para disminuir el dolor. Puede disminuir la capacidad mental y física para realizar tareas potencialmente peligrosas. Los síntomas pueden ser somnolencia, mareos o alteraciones visuales.

Alprazolam: se receta para tratar la ansiedad generalizada y asociada a procesos depresivos, así como para trastornos por angustia. Puede afectar a la capacidad de atención y reacción, y también producir somnolencia y amnesia.

Lormetazepam: es un hipnótico indicado contra el insomnio. Puede producir amnesia anterógrada, además de afectar a la conducción al provocar agitación, irritabilidad, agresividad y, en ocasiones, delirios.