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Primeros auxilios en un accidente de tráfico, ¿sabes cómo actuar?

Cualquier persona puede verse implicada el día menos pensado en un accidente de tráfico. Por eso, es importante que todos conozcamos una serie de conductas y acciones básicas para poder ofrecer los primeros auxilios si presenciamos un accidente o somos parte de él. No hace falta ser un profesional sanitario para conservar la vida de las víctimas y evitar su agravamiento hasta que llegue una ambulancia.

Cuando ocurre un accidente de tráfico lo más importante es establecer un orden de prioridades. Por ello, debemos seguir siempre la conducta PAS, cuyas siglas significan Proteger, Alertar y Socorrer.

Antes de realizar cualquier otra acción, el primer paso debe ser siempre proteger. El lugar de un accidente de tráfico es un sitio peligroso, no se trata de proteger solo al accidentado sino también a nosotros mismos. La persona que auxilia debe asegurarse de que no existe un grave riesgo para su vida antes de actuar y utilizar un chaleco reflectante si es posible. Además, debe señalizar con los triángulos y las luces de emergencia el lugar del accidente e identificar los posibles riesgos que existan como, por ejemplo, manchas de gasolina en el suelo.

El siguiente paso es avisar a las autoridades y servicios de emergencias. El teléfono 112 es el número válido para toda Europa. El aviso hay que darlo lo más rápidamente posible y con claridad. No debemos olvidar aportar la siguiente información: número de víctimas y su estado, vehículos implicados, localización del lugar del accidente y cualquier otro dato que se considere relevante.

Una vez dado el aviso, hay que centrarse en el auxilio a las víctimas para mantenerlas con vida hasta que acudan los servicios de emergencia. En una primera valoración, debemos averiguar el estado de consciencia y respiración del accidentado. Si un herido está consciente, es decir, habla o se queja, se procede a la comprobación de los demás implicados. Si está inconsciente hay que averiguar si respira, en caso de que no respire deberemos realizarle la maniobra de reanimación cardio-pulmonar.

Una vez comprobado que no haya ninguna víctima con riesgo vital inminente, se lleva a cabo una segunda valoración para evitar el agravamiento de las posibles lesiones. Por ejemplo, deberemos presionar y taponar hemorragias o inmovilizar miembros con fracturas. Si uno de los accidentados está sufriendo un shock (palidez, sudoración, aumento del ritmo cardiaco) deberemos colocar a la víctima boca arriba y elevar sus miembros inferiores.

Finalmente, recuerda que, por norma general, a las víctimas de un accidente de tráfico no se les debe mover. Sin embargo, se pueden dar circunstancias en las que deberemos movilizar al accidentado y sacarlo del vehículo, por ejemplo, si el coche se ha incendiado o si la víctima está inconsciente y hay que hacerle una reanimación cardio-pulmonar.