Blog

Agresividad al volante: ¿por qué hasta la persona más educada cambia de actitud mientras conduce?

La agresividad en la conducción se puede definir como cualquier forma de comportamiento que busca provocar, perjudicar o causar daño de cualquier tipo a otros conductores que circulan en la misma vía. Según los psicólogos, la principal causa que produce esta transformación de los individuos al volante es el estrés. “Estas situaciones estresantes no todos los sujetos las manejan de igual forma, y encontramos que aquellos con baja tolerancia a la frustración son quienes presentan conductas más agresivas”, afirma Roberto Durán, psicólogo especializado en seguridad vial del Instituto de Orientación Psicológica de Madrid.

No obstante, el estrés también aparece durante el día en otras ocasiones y no hace que perdamos la educación. Sin embargo, se ha demostrado que en el coche es diferente porque el vehículo nos sirve de caparazón. Los expertos lo llaman desindividualización, esto puede darse ante dos situaciones, cuando la multitud cambia las normas de comportamiento o cuando las normas sociales desaparecen porque las identidades se ocultan. “Al sentirte protegido, te ves invulnerable, y cuando alguien altera lo que consideras tu espacio vital, salta la chispa. En el día a día, la coraza soy yo y me están viendo a mí. Pero en el coche nadie sabe quién soy”, explica Ivan Prieto, presidente de la Asociación Española de Psicología del Tráfico y la Seguridad Vial.

La portavoz de Seguridad Vial del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, Pilar Bravo, confirma la teoría del automóvil como armazón de hierro: “El vehículo nos da cierta cobertura. Lo vemos todos los días: dos coches que se están picando pero ninguno de sus conductores se baja, porque perderían esa cobertura. El coche es fuerte, nos protege”, afirma.

Aquellas personas más agresivas en la conducción deben entender que por mucho que griten e insulten no van a solucionar nada, tan solo conseguirán empeorar la situación haciendo que los demás conductores también se estresen. Por lo tanto, lo aconsejable es que cambien algunos hábitos para reducir el estrés que genera estar al volante. Un estudio de la AAA Foundation for Traffic Safety (EEUU), da las siguientes pautas:

- Tratar de modificar los horarios para prevenir atascos.

- Mejorar el confort en el habitáculo, por ejemplo, regulando la temperatura o poniendo música relajante.

- Destensar la postura.

- Evitar coger el coche cuando estemos de mal humor o muy cansados.

La psicóloga Pilar Bravo aconseja que lo mejor es asumir que el atasco se va a producir siempre. “A determinadas horas, lo normal es tener atasco, no que no lo tengas. Si te mentalizas, el día que haya atasco, pensarás que es lo normal. Cuando no lo tengas, pues fenomenal”, recomienda. Por lo tanto, si de antemano nos ponemos en el peor de los casos, seguro que lo que nos encontremos será mucho más agradable de los que nos imaginábamos.